Las camelias: características y cuidados

La camelia es una flor que por su belleza les encanta a todas las damas. Su origen se remonta a Asia oriental, y ya existen más de 10.000 variedades de camelia, cada vez más debido a las hibridaciones con las que experimenta el ser humano por alcanzar nuevas clases de flores.

Características

El arbusto de la camelia es perennifolio, por ello se mantiene bonito durante todo el año. Puede llegar a formar árboles de hasta 10 metros de altura. Se encuentra en jardines como planta individual o formando setos, y en grandes macetas para interiores. Las hojas son muy resistentes, de un tono verde oscuro y aspecto luminoso. Son anchas, con los bordes dentados y acabadas en punta. Por cada ápice de rama es posible que florezca una única flor de camelia. No poseen fragancia. Presentan un tamaño grande, los colores posibles son el blanco, rosa, rojo y cualquier combinación de éstas.
Se reproducen mediante estacas, injertos, acodos, y sólo en otoño mediante semillas.

Cuidados

El mejor clima para mantenerla es el atlántico. No toleran la luz directa del sol ni los cambios bruscos de temperatura. Aguantan bien el frío, pero nunca temperaturas menores de -5Cº. Necesita estar ubicada en un ambiente húmedo superior al 60%), donde reciba frescor y claridad. Si está a la intemperie, las camelias han de encontrarse resguardas del viento, junto a una pared u otro arbusto. El suelo ha de ser ácido, poroso y con mucha materia orgánica. No sobreviven en suelos calcáreos. Se ha de regar con abundante agua y sin crear charcos, sobre todo en verano. Pulverizar para mantener la humedad, pero nunca sobre las flores para no pudrirlas. Se recomienda utilizar agua de lluvia, mineral o filtrada; jamás con agua dura ni con exceso de cal. Reducir su riego en época de floración, para que se fortalezcan sus pedúnculos y aguante el peso de su flor. Abonar tras la floración y el despunte. Sólo se puede fertilizar en la época de crecimiento, en primavera o en verano. Lo mejor es usar compost.
¿Cuándo se podan las camelias? Preferentemente en invierno. Se pueden podar todas aquellas ramas que se encuentren secas, muertas o enfermas. Si se le está dando forma al seto, es posible podar aquellas ramas que sobresalgan. No podar cuando la flor tenga capullos. Tampoco es deseable que la flor llegue a madurar hasta el punto de convertirse en fruto, porque el arbusto perderá fuerza. Se han de observar las hojas con atención, si amarillean puede que esté siendo alimentada incorrectamente. También es propensa a sufrir plagas de insectos y ataques de hongos.

Arreglos florales

La camelia se comercializa en todas las floristerías, y se utiliza para crear arte floral: desde pequeños ramos hasta grandes centros. En zonas de mucho calor la flor no llega a abrirse, como ocurre en lugares que poseen el clima mediterráneo, en estos casos sólo se aprovechan las hojas.