Pio Baroja: Biografía
Novelista de la generación del 98, escéptico y realista, la obra de Pío Baroja destaca especialmente por su descripción de pueblos y paisajes y por el mundo de las personas humildes. Quizá por su carácter rebelde, el único honor oficial que recibió en vida fue su admisión en la Academia de la Lengua.
Primeros Pasos
Pío Caro Baroja nació el 28 de diciembre de 1872 en San Sebastián, en el seno de una conocida familia de clase alta. La profesión de su padre, ingeniero de minas, provocó que la familia cambiara continuamente de residencia. Lo que para otro niño hubiera podido constituir un trastorno, para él fue un beneficio, ya que le permitió conocer en profundidad la geografía española. Amante de las letras desde muy pequeño, no acababa de ver con claridad su vocación, y, aunque había ya empezado a escribir cuentos y artículos, finalmente se doctoró en la carrera de Medicina, consiguiendo una plaza de médico rural en Cestona, en el País Vasco. Enseguida se dió cuenta que aquello no era lo suyo.
Su carrera
Se marchó a Madrid y allí empezó a colaborar en periódicos y revistas, publicando en 1900 una colección de cuentos, Vidas sombrías, cuyo éxito asombró al propio Baroja. Entre todas las alabanzas y buenas críticas que recibió, estaban las de Azorín, Galdós y Unamuno. Después de la literatura su gran pasión fue viajar. Probablemente es uno de los escritores con más conocimientos de la geografía española. Puede decirse que pasó la vida escribiendo y viajando.
Trayectoria sobresaliente
Asentado en Madrid, su segunda residencia estaba en Vera del Bidasoa, donde pasaba largas temporadas con su familia. Nunca dejó de escribir, por lo que su obra es una de las más prolíficas de entre los autores españoles. Entre ellas podemos citar: Inventos y mixtificación de Silvestre Parador, Camino de perfección y El mayorazgo de Labraz. A éstas le siguió la trilogía La lucha por la vida, que incluía tres de sus más famosas obras: La busca, Mala hierba y Aurora roja. Más tarde escribió Zalacaín el Aventurero, novela por la que Baroja sentía una especial predilección. Las memorias de un hombre de acción, que consta nada más y nada menos que de 22 volúmenes, fue quizá su mejor obra. También escribió multitud de ensayos, como Las horas solitarias. Culminó su obra literaria con la publicación de sus Memorias. Y murió en Madrid el día 30 de octubre de 1956.