¿Cómo prepararse físicamente para superar el test de Cooper?
Para planificar correctamente el entrenamiento de un atleta, hay que conocer su potencial aeróbico. Para ello, nada mejor que el Test de Cooper, uno de los sistemas más simples y efectivos para medir el estado físico de un deportista. El test no requiere medios técnicos sofisticados, pero sí una preparación física adecuada del atleta, para que los resultados sean precisos.
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Principales características
El test de Cooper fue creado en 1.968 por el científico Kenneth Cooper, como prueba de condición física para el ejército de EEUU. Actualmente, se utiliza en Clubes Deportivos e Institutos de Enseñanza, y también como método de selección de aspirantes para los Departamentos de bomberos, policía y ejército. El Test de Cooper mide específicamente la capacidad aeróbica de una persona, al cuantificar cuál es su máximo consumo de oxígeno. Su protocolo es muy sencillo. Simplemente, se le pide al atleta que recorra la mayor distancia posible en el término de 12 minutos. Durante ese tiempo, la persona deberá estar siempre en movimiento, ya sea corriendo, trotando o caminando, y al finalizar el plazo, se deberá anotar la distancia recorrida. Si el test fue realizado para una preselección de candidatos a una actividad, el resultado numérico se comparará con los estándares mínimos que tenga la institución para habilitar al aspirante. Si lo que se busca es conocer la evolución física de un deportista, luego de un período de entrenamiento, el resultado servirá para cotejarlo con exámenes anteriores.
Preparación física adecuada
Para que este test de resistencia de buenos resultados, es necesario tomar algunos recaudos. Es necesario que la persona que se someta a la prueba esté en buenas condiciones de salud. Si padece algún tipo de enfermedad o problema físico, es necesario consultar al médico y que éste determine si puede realizar el Test. En principio, la prueba ideada por el Dr. Kenneth Cooper no es recomendable para personas diabéticas, obesas, fumadoras, o que sufran de asma o hipertensión arterial. Antes de iniciar el Test, es aconsejable realizar un mínimo calentamiento muscular. Ese calentamiento implicará llevar a cabo durante unos 5 a 6 minutos ejercicios de estiramiento de cabeza, cuello y extremidades. En virtud de que la prueba exigirá movimientos constantes de piernas y pies, es importante prevenir cualquier desgarramiento o calambre. Para ello, se debe elegir calzado liviano y totalmente ergonómico. Es recomendable además que tenga cordones, ya qué estos le dan una mayor sujeción al pie. Las condiciones de la superficie donde se practicará la prueba también pueden jugar a favor del atleta. Es conveniente que la zona sea lo más plana posible, sin desniveles pronunciados. Es importante llevar el estómago liviano, por lo que se recomienda evitar la ingesta de comida al menos dos horas antes del ejercicio. El momento del día puede también incidir en el rendimiento aeróbico del atleta, por lo que se sugiere hacer esta prueba en las primeras horas de la mañana, o en su defecto, en las últimas de la tarde.
Después del test
Los minutos posteriores a esta prueba de resistencia también deben ser atendidos correctamente, ya que luego del esfuerzo, podrían devenir algunos malestares o problemas físicos.
Para evitar estas complicaciones, hay que atender los siguientes puntos:
1. No detenerse abruptamente ni sentarse de inmediato. Lo ideal es
seguir caminando, cada vez a ritmo más lento, hasta que la respiración
se normalice.
2. Realizar nuevos estiramientos musculares. De forma similar a los
efectuados previamente al Test, es aconsejable repetirlos durante
unos minutos, para relajar la musculatura.
3. Enjuagar la boca e hidratarse. El enjuague eliminará la saliva espesa y
aquellas toxinas que el ejercicio pudo haber producido. La ingesta de
líquidos– preferentemente agua- compensará la pérdida producida por el
sudado corporal.
4. No beber líquidos fríos o helados. Hay que tener en cuenta que la tráquea
está aún caliente por el ejercicio, y un cambio brusco de temperatura
podría producir asfixia.