Pisos en venta en Alicante: lo bueno y lo malo de la oferta inmobiliaria de la ciudad
Comprar un piso en la costa resulta siempre tentador, y Alicante, como ciudad ubicada frente a la playa, se convierte en una opción que vale la pena considerar. A continuación se explica en detalle lo bueno y lo malo de la oferta inmobiliaria en la costa Alicantina.
Lo bueno
Amplia oferta inmobiliaria. Entre los años 2000 y 2011 se han construido en Alicante cerca de 400.000 viviendas, una gran parte de ellas pensada en el mercado vacacional y de segunda residencia. Esto hace que cualquier comprador pueda encontrar justo el piso que desee en términos de tamaño, ubicación y precio. Los bancos deseosos de vender. Por otro lado, las instituciones financieras (bancos y cajas de ahorro) poseen un stock de apartamentos en Alicante como resultado de ejecuciones hipotecarias de varios miles de unidades. Para tratar de salir de ellas, están otorgando condiciones financieras a los compradores interesados dignas de considerar, entre otras, el financiamiento del 100% del precio de la vivienda y hasta 7 meses sin pagar la cuota mensual (datos al 9 de junio de 2011). Ubicación privilegiada. Tradicionalmente la compra de pisos en la playa constituye una buena inversión a largo plazo. Siempre existe la posibilidad, si no se desea habitarlas, de alquilarlas durante el verano, por ejemplo. La costa alicantina siempre ha sido un destino turístico muy apetecido, y no se prevé ningún cambio negativo. Su cercanía con Valencia, e incluso Madrid, la convierten en un destino con mucho empuje. Asimismo, es uno de los destinos favoritos de los turistas de países como el Reino Unido, por ejemplo.
Lo malo
No son inversiones a corto plazo. Si el interés se concentra en comprar un inmueble para venderlo pronto con ganancias, comprar una casa en Alicante no sería lo apropiado. En efecto, como se dijo, la oferta inmobiliaria es muy amplia, por lo cual el proceso de vender un piso o una casa va a tomar tiempo; adicionalmente, a corto plazo no se espera un incremento acelerado del precio de las viviendas en la costa. Anclarse. Uno de los inconvenientes de comprar una casa en la costa es que se adquiere casi la obligación de pasar las vacaciones siempre en ese sitio, lo cual puede aburrir al cabo de unos años, incluso tratándose de un lugar con tantas atracciones como Alicante y sus alrededores. Esto tiene solución, sin embargo, y es la posibilidad de intercambiar la vivienda durante las vacaciones con otra persona que tenga a su vez un piso en algún otro lugar que se desea visitar.