¿Qué papeleo hay que realizar para acceder a una promoción obra nueva en Madrid?

Comprar un piso en Madrid es una de las acciones más complicadas a las que se enfrentan muchos jóvenes cuando deben independizarse. Muchas de las personas que se compran una vivienda la prefieren nueva y por ello se deben conocer ciertas inmobiliarias que tengan estos pisos, pues son ellos quienes se encargan de todo.

¿Inmobiliaria o por libre?

Hay muchas inmobiliarias que se hacen cargo de vender casas o pisos en Madrid.
Ellas son las que se ocupan de toda la documentación que se necesita pues son quienes tienen que vender la promoción completa. Una de esas inmobiliarias es Vega Madrid, situada en la calle General Ricardos número 107 en la que se encuentran pisos como los de la calle Paulina Odiaga 46, miden 42 metros cuadrados y se pueden encontrar desde 126.300 euros o como los chalets adosados de la calle Arroyo de los Viales en Torrelodones, miden 255 metros cuadrados con cuatro habitaciones y se pueden adquirir desde 410.000 euros. Esta actúa de la siguiente forma: los clientes se interesan por la nueva promoción o la inmobiliaria los capta mediante técnicas de captación de clientes, ellos son quienes solicitan todos los papeles que se deben presentar (tanto las necesarias para el trámite como la documentación que pida la constructora). Si por el contrario elige hacerlo de forma libre por ahorrarse un dinerillo, será la persona interesada la que deberá hablar con la constructora, preocuparse por la documentación que deberá presentar, dónde deberá hacerlo y sobretodo en qué plazos. * Precios constatados en agosto del 2011.

Consejos

Uno de los consejos que se le puede ofrecer a la persona, pareja, o familiar que quiera comprar un piso es que lo haga a través de una inmobiliaria. Esta es la única forma de asegurarse de que las condiciones firmadas en el contrato se cumplen y evitar estafas. Si las viviendas elegidas y las condiciones firmadas no se cumplieron se debe reclamar.
Aunque siempre hay que tener en cuenta que puede que las personas a las cuales se les piden explicaciones no sean los culpables, ya que es posible que la responsabilidad deba caer sobre la constructora.