¿Qué y cuáles son los valores universales?

Los valores universales son aquellos parámetros que nos definen como especie humana y que nos pueden hacer ser “más humanos” o “menos humanos” dependiendo del comportamiento que tengamos con nuestros semejantes.

Historia de los valores universales

Su definición es universal y su origen se remonta principalmente a los griegos, quienes explicaron a conciencia la utilidad de la ética para la sociedad. Fueron griegos como Sócrates, Platón y Aristóteles, los filósofos por excelencia que, además de indagar sobre el propósito de la existencia humana, se dieron a la tarea de analizar las bases necesarias que permiten a una sociedad funcionar en perfecto equilibrio. Platón en particular apelaba a la práctica de la virtud para poder alcanzar la felicidad, pues decía que el hombre que no lograba tener un dominio de sí mismo, tampoco podría realizarse en plenitud. Así, hacía énfasis en valores como la justicia, la belleza y la auto moderación para poder convivir de manera armoniosa con nuestros semejantes. Otro episodio importante en la historia de la humanidad fue la Declaración de los Derechos del Hombre escrita en Francia (1789) en la cual se afirma que todos los hombres nacen libres y en igualdad sin importar sus circunstancias, raza o género. Esto último fue muy importante para la dignidad de la mujer, pues establece que al igual que el hombre, merece tener acceso a los mismos derechos que éste.

Tipos de valores universales

Algunos ejemplos de valores universales enfocados a la sociedad son la honradez, la bondad, la solidaridad, la prudencia y la responsabilidad. Otros más se encuentran enfocados al desarrollo individual como la fortaleza, la templanza y la integridad personal. Hay también aquellos valores que pueden ser extrapolados a cualquier ámbito de la vida del ser humano como es el amor, el respeto, la paz y la libertad. Cabe mencionar que la importancia de los valores universales radica en la elección y libre albedrío de las personas, pues la falta de ellos no acarrea ninguna penalización legal. Depende de cada ser humano el asumir y practicar cada uno de estos valores durante toda su vida, así como la enorme responsabilidad de heredar a sus hijos dicha filosofía a través del ejemplo cotidiano.