Sinopsis y crítica del libro mujeres que corren con los lobos
La psicoanalista Clarissa Pinkola Estés, adscrita a la psicología analítica o de los complejos de Carl Gustav Jung, alumbró la obra, tras más de 20 años de gestación, Mujeres que corren con los lobos. Es un ensayo recopilatorio de mitos y relatos populares que recrean el mito de la Mujer Salvaje.
Sinopsis
Es un ensayo que alberga claves del espíritu femenino. Mediante diversos cuentos y mitos interculturales como Barba Azul, Las Zapatillas Rojas, Vasalisa, Manawee o la Mujer Esqueleto, la autora ofrece una muestra de experiencias vitales que apoyan y ayudan a la mujer a recuperar su fuerza, su instinto y su verdadera esencia.
Pinkola parte de la premisa esencial de que toda mujer, sin excepción, alberga en su interior a la Loba, a la Mujer Salvaje, espontanea y llena de energía. La Loba transforma a la mujer en un animal maduro que sabe protegerse de los depredadores dejando a un lado la ingenuidad o la inexperiencia.
Tematiza el lugar donde la mente y los instintos se mezclan, donde la vida profunda de una mujer consolida su vida mundana.
Crítica
La naturaleza del instinto femenino Mujeres que corren con los lobos es una invitación a reinterpretar y comprender las experiencias vitales femeninas y de esa manera poder actuar en plena conciencia. Toda una suerte de reencuentro con la espiritualidad y el conocimiento del alma. Por lo tanto, Clarissa Pinkola cursa una invitación permanente a desarrollar la creatividad a través de la escritura, la danza, la pintura, y todas las artes que ayuden a extarer el 'yo oculto' de su escondite. En la obra se asemeja el comportamiento femenino con el de los lobos, salvaje y a la vez imprescindible para el desarrollo de la personalidad. Un punto de vista absolutamente antágonico con el modelo actual de mujer delgada y obsesionada por alcanzar el canon de belleza impuesto por el contexto social. En definitiva, una visión de lo femenino y de sus posibilidades donde la mujer, observando la naturaleza como lo hicieron sus antecesoras, aprenderá a respetar su ciclo. El deseo de una igualdad jurídica entre hombres y mujeres es incuestionable, ahora bien, el hombre y la mujer somos en esencia y afortunadamente distintos, La naturaleza de la mujer entronca con la naturaleza, con el instinto y con la creación de vida. Esa energía podrá o no compartirla y disfrutarla con el hombre pero jamás el hombre podrá experimentarla en primera persona.