Balanzas romanas: funcionamiento y ventajas
La balanza romana es un utensilio que sirve para pesar objetos. Consta de una palanca con dos brazos de distinta longitud, uno corto donde se coloca el objeto que se quiere pesar, y otro largo que contiene la escala de pesos medibles por la balanza y contiene un pilón o contrapeso. Al pesar se desliza el pilón hasta alcanzar el equilibrio, y marcar el peso sobre la escala.
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Funcionamiento de la balanza romana
El principio de funcionamiento de la balanza romana se basa en las propiedades físicas de la palanca, que contrarresta el peso de un objeto cualquiera con el contrapeso del pilón que se desliza sobre la regla graduada. Su funcionamiento no depende de las fuerzas gravitatorias que actúan sobre el objeto a pesar y el pilón, sino de los momentos lineales que actúan a ambos lados de la palanca. Al hacer la lectura en el brazo que contiene la escala, es preciso que la palanca se encuentre completamente horizontal. Esto es difícil de determinar con precisión, por lo que se podría decir que las balanzas romanas son bastante exactas, ya que marcan valores próximos al peso real con un margen de error que depende de las características de cada balanza, pero poco precisas, ya que el valor tiende al alza o a la baja en función del lado hacia el que se incline la palanca, pues es casi imposible conseguir la horizontalidad.
Otros tipos de balanza romana
El tipo de balanza romana descrito es el más usado, pero no el único. La balanza de brazos desiguales se conoce como statera, pero también existe la libra, que tiene los brazos de la palanca de igual longitud, y que sirve para comparar la masa de distintos objetos. Es muy inexacta, ya que en realidad no marca la masa de un objeto en una escala, sino que compara objetos y permite ver cuál tiene mayor masa, según hacia qué lado se incline la palanca, o si ambos tienen la misma masa, en caso de que la palanca permanezca horizontal.