Cristo de medinaceli: historia de la imagen
Cristo de Medinaceli es la efigie de Jesús, tallada en el siglo XVII. La historia de la imagen es larga. Fue llevada al norte de África en el siglo XVII; a finales del siglo se trasladó a España, donde comenzó su peregrinaje por las catedrales e iglesias de distintas ciudades.
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Introducción
Durante la Guerra Civil, la sacaron del país y después de la guerra volvió a ser trasladada a Madrid. En la actualidad, se encuentra en la basílica de Jesús de Medinaceli de Madrid. Cristo de Medinaceli es una talla de madera que representa a Jesús. Mide unos 173 cm de altura. Fue tallada en Sevilla en la primera mitad del siglo XVII. Su autor es desconocido, pero se sabe que perteneció a la Escuela Sevillana.
Siglo XVII
Después de ser tallada, los padres capuchinos de Sevilla, quienes la habían encargado, llevaron la imagen a Mámora, colonia española en el norte de África. En 1681, el emir de Marruecos, Muley Ismail, conquistó Mámora y llevó la efigie a Mequínez en el norte de África, donde fue arrastrada por las calles. Entonces, el Padre de la Orden de la Santísima Trinidad, Fray Pedro de los Ángeles, le pidió al emir que le ofreciera la posibilidad de rescatarla. Una vez rescatada, la imagen se trasladó primero a Tetuán, después a Ceuta, posteriormente a Sevilla y finalmente a Madrid. Allí la colocaron en el convento de los Padres Trinitarios Descalzos. En 1689, los duques de Medinaceli le donaron una capilla.
Siglo XIX
Con la llegada de José Bonaparte en 1808, las órdenes religiosas se suprimieron y Cristo de Medinaceli se trasladó al convento de los Padres Basilios y después a la parroquia de San Martín. En 1814, la devolvieron al convento de los Padres Trinitarios. Con la desamortización de Mendizábal en 1836, Cristo de Medinaceli se llevó a la iglesia de San Sebastián. Unos años después, volvió al convento de los Padres Trinitarios. En 1890, el convento de los Trinitarios Descalzos se derribó y los duques Medinaceli cedieron su capilla a los Capuchinos.
Siglo XX y actualidad
Durante la Guerra Civil, los frailes escondieron la efigie en una caja de madera en el sótano del convento. Posteriormente, la imagen fue trasladada a Valencia y más tarde, a Barcelona. De allí la transportaron a Ginebra antes de que Barcelona fuera tomada por los nacionales. Después de la guerra, la efigie volvió a Madrid, al monasterio de la Encarnación. En la actualidad, Cristo de Medinaceli se encuentra en la basílica de Jesús de Medinaceli, que se levantó sobre el antiguo convento de Trinitarios Descalzos en la plaza de Jesús de Madrid.