Recomendación: rutas en bici fáciles por Madrid
La comunidad de Madrid no es sólo la gran ciudad llena de vida industrial, comercial y cultural. Hay que recordar que Madrid está en medio de una gran cadena montañosa, lo que convierte su territorio, lleno de montes y llanos, en un lugar ideal para las rutas en bicicleta con rutas fáciles, medianas y difíciles.
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Lo que puedes encontrar
En Madrid hay rutas para todos los gustos: rutas familiares, recorridos tranquilos o senderos abruptos, sólo practicables en mountain bike por Madrid. La bicicleta en Madrid es una forma de disfrutar de la naturaleza y descubrir otra cara no tan habitual de la Comunidad, llena de pequeñas maravillas, parajes solitarios y montes grandiosos. Y todo a un paso de los servicios e infraestructuras de una gran capital
Rutas fáciles en bici
- Ruta de Manzanares el Real:
El río Manzanares es un afluente del Jarama, que, por su parte, es tributario del Tajo. Este río corre íntegramente por la Comunidad madrileña, desde su nacimiento en la Sierra de Guadarrama, concretamente en el Ventisquero de la Condesa.
Concluye su recorrido en el municipio de Rivas-Vaciamadrid, después de recorrer 922 km. El río acoge distintos ecosistemas y atraviesa zonas naturales muy interesantes. La ruta en bici por el recorrido de este río es larga si se quiere hacer entera pero no presenta mayor dificultad.
- Ruta de la Cuerda de la Parada:
La salida de la ruta se encuentra al suroeste de la provincia de Madrid, en el puente de San Juan, entre los kilómetros 47 y 48 de la M-501, que va de Madrid a San Martín de Valdeiglesias.
En el recorrido hay muchas fuientes y establecijmientos donde conseguir bebida, así que no hay que preocuparse en ese sentido.
No sube a puertos importantes, así que la ruta es fácil y adecuada casi para cualquier persona y cualquier estación del año.
- Ruta de la Casa de Campo:
La casa de campo es el mayor parque dentro del casco urbano de Madrid, y por ella se pueden planear algunas rutas interesantes, de poca dificultad, y de una longitud de alrededor de veinte kilómetros.
Conviene evitar las zonas más masificadas de la casa de campo y aprovechar la zona externa, menos concurrida y donde podremos disfrutar de sus buenas arboledas de pinos piñoneros.
Como inconveniente, cabe decir que el terreno tiende a embarrarse mucho los días de lluvia.