Alejandro Casona: Biografía
Alejandro Casona fue un brillante dramaturgo español que perteneció al famoso grupo poético llamado La generación del 27. Con su dramaturgia cosechó reconocimiento y fama en todo el mundo. Su obra fue traducida a varios idiomas.
Primeros pasos
Su nombre era Alejandro Rodríguez Álvarez. Fue un dramaturgo y poeta español que nació en Besullo en 1903, al que pronto se lo conoció como Alejandro Casona. Estudió en las universidades de Oviedo y Murcia, y en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid. En el mundo teatral, se inició dirigiendo una compañía de aficionados. Incursionó en la poesía con algunos logros y reconocimientos, pero terminó dedicándose por completo a la dramaturgia. Su teatro rompió con los moldes estilísticos establecidos en la época. Su preocupación radicaba en poder darle una dimensión poética a su teatro. Por ello se lo suele enmarcar dentro de la corriente denominada "teatro poético" y por su estilo lírico y sentimental, su producción dramática también se relaciona a veces con la del otro genial dramaturgo español, Federico García Lorca. Luego de una vida plagada de trabajo, publicaciones y reconocimiento a su talento, murió en Madrid en 1965.
Su carrera
En la época de Franco, el escritor tuvo que exiliarse. Primero se fue a México, en donde publicó, en 1937: Prohibido suicidarse en primavera. Luego, se estableció definitivamente en Buenos Aires. Allí, comenzó el éxito internacional con obras como: Las tres perfectas casadas (1941), La dama del alba (1944), La barca sin pescador (1945), Los árboles mueren de pie (1949), Siete gritos en el mar (1952), Corona de amor y muerte (1955), y Retablo jovial recopilación de cinco farsas en una acto, entre las que se encuentran: Entremés del mancebo que casó con mujer brava, (1962).
Trayectoria sobresaliente
Casona fue uno de los grandes autores de la escena española e iberoamericana del siglo XX, y obtuvo por ello reconocimiento: Por Flor de leyendas (1932), ganó el Premio Nacional de Literatura y por La Sirena varada, el Premio Lope de Vega en 1934. Por su calidad poética, sus obras teatrales fueron representadas en escenarios de todo el mundo, conquistando la aprobación de la audiencia, sin duda seducida por las profundas historias en que la fantasía y la realidad hacen una comunión perfecta.