3 aspectos a tener en cuenta en la rehabilitación de fachadas
La fachada de una vivienda es su carta de presentación al exterior, no solo de la vivienda en cuestión, sino también de sus inquilinos o propietarios. En muchos casos se deja de lado la imagen exterior por no darle importancia y ésta se degrada con el tiempo, pudiendo dar lugar a desperfectos estéticos o incluso estructurales secundarios que deben corregirse.
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Tipos de fachadas
Las fachadas son elementos delimitadores de la vivienda, pero a su vez tienen función protectora, tanto de las inclemencias del tiempo o regulación de la temperatura como de aislamiento acústico.
Hay dos tipos de fachadas:
- fachadas ligeras: de poco peso, necesitan de elementos estructurales auxiliares para sujetarlas, son menos aislantes que las fachadas pesadas aunque ésto depende en gran medida del material utilizado en su fabricación, ya se chapa, acristalados o ladrillo decorativo.
- fachadas pesadas: Son auto portantes y se sujetan directamente a la estructura para no caerse. Son las que están fabricadas en mampostería, hormigón, bloques cerámicos, etcétera.
Cuando se emprenden proyectos de edificios encaminados tanto a rehabilitaciones de edificios como reparación de fachadas hay que hacer un estudio del estado actual, no solo del visible sino también del estado de los materiales que la componen
Rehabilitación y restauración
La rehabilitación de las fachadas se realiza para cambiar algún material con desperfectos, añadir otros con fines aislantes o para ahorro de energía, y reparar desperfectos como grietas o humedades que a la larga pueden afectar a la estructura del edificio si no se trabajan a tiempo para solucionarse. Es el paso previo a la restauración. En las fachadas, la restauración depende principalmente de los elementos ornamentales y decorativos dispuestos en ella, ya sea cornisas, salientes o figuraciones acopladas a la fachada. Se trata de restaurar esos elementos con el mismo material con el que están fabricados, para esta tarea lo mejor es contratar los servicios de una empresa que se dedique a restaurar fachadas. En la mayoría de los casos, simplemente se reparan grietas y humedades y después se pinta o se cambia el revestimientoºa exterior de la fachada,añadiendo una capa de piedra artificial o natural, azulejos o baldosas decorativas, gotegran para darle un aire de edificio nuevo a la obra o simplemente una capa de pintura ya sea normal o protectora.
Tres aspectos a tener en cuenta en la rehabilitación
Lo principal a tener en cuenta en el momento de rehabilitar una fachada es hacer un estudio analítico sobre el estado actual de los materiales que la componen haciendo un test de resistencia a agresiones externas y presión soportada por éstos. Determinar los materiales necesarios para realizar el trabajo para solucionar primeramente los posibles fallos estructurales y los que suponen un riesgo a largo plazo como pueden ser grietas, humedades y huecos y desconchones de gran tamaño, teniendo en cuenta la compatibilidad y adherencia entre materiales. Procurar una mejora de las capacidades aislantes acústicas, térmicas y de humedad de la fachada siempre que sea posible, para añadir un plus de calidad al trabajo realizado y actualizar el edificio a la normativa de calidad vigente en cada momento. El mejor consejo es encargar el trabajo a una empresa certificada y especializada en mantenimiento de fachadas.