Consejos para renegociar la hipoteca con el banco
Es usual que pasados unos años, las condiciones económicas de quien ha obtenido un préstamo hipotecario cambien, algunas veces para peor. En esos casos es importante conocer las herramientas con las que este cuenta para solicitar al prestamista modificaciones en los pagos mensuales, por ejemplo. Por ello, a continuación se presentan algunos consejos para renegociar la hipoteca con el banco.
Por qué negocia una entidad financiera
Un aforismo señala que cuando alguien no puede pagar su hipoteca al banco tiene un problema, pero si son miles las personas que no están en capacidad de cancelar estos préstamos, entonces es el banco el que tiene problemas. En estas épocas de crisis, las instituciones financieras no pueden darse el lujo de estar ejecutando inmuebles por impago, ni aprovisionar en sus balances demasiadas deudas impagadas, por lo que están tan interesados como el prestatario en evitar que éste pierda el inmueble. Es importantísimo tener presente esta premisa a la hora de solicitar al acreedor una renegociación de la deuda, conociendo que el banco no necesariamente “tiene la cazuela por el mango”, sino que se está en una buena posición para negociar.
Ser realista al renegociar
Así como la cuota inicial fue fijada en función de los ingresos de esa época, así la nueva debe tomar en cuenta las rentas actuales del prestatario. Si estos han sufrido una reducción, aquella también debería bajarse en consecuencia. Se trata, pues, de mejorar la hipoteca. Se debe plantear, en primer lugar, un aumento del plazo de pago y un periodo de al menos dos años de carencia, en el que no se pague capital, sino sólo intereses. Aunque lo ideal es negociar también una rebaja en los intereses, lo cierto es que los bancos en estos casos se ven obligados a incrementarlo al menos un poco, para justificar la refinanciación. Sería muy útil aprovechar e incluir en la refinanciación otros préstamos a plazos menores y tasas de interés mayor, lo que se conoce como consolidación de deudas. Esta figura es bien vista por las entidades crediticias, pues implica una reducción en general en las cuotas que el prestamista tiene que pagar por los otros préstamos, y le da mayores posibilidades de asumir el nuevo pago periódico. Lo que no es factible, ni siquiera como arma de negociación, es solicitar una quita de intereses o deuda, esto es, que el banco condonara parte de la citada obligación. No obstante, en estos casos puede haber una novación hipotecaria, especialmente si hay un cambio de banco en la hipoteca, que implica pagar unos gastos de novación. Afortunadamente, se puede solicitar al acreedor calcular los gastos de novación e incluirlos en la refinanciación.
Conclusión
Es perfectamente posible refinanciar una hipoteca, pues también el banco estaría interesado. Para ello es indispensable plantear términos realistas y factibles, que satisfagan los intereses de ambas partes.