Pasos para escribir un libro de historia
La escritura en cualquier clases de libros hay un ejercicio arduo de construcción y continua plasmación de ideas. A continuación se expondrán una serie de herramientas que intentarán cumplir el papel de brújula en la aventura de nadar en las aguas de como se hace un libro de historia.
Recomendaciones
Es una cuestión primordial que con anterioridad a la trasposición al plano de lo escrito el tema a abordar se encuentre bajo un trabajo de comprobación y revisión. La temática debe pasar por un proceso de decantación y falseamiento para luego transformarse en un objeto de estudio a redactar.
Es recomendable estructurar el libro en base a un esqueleto que coherencia a la obra en su totalidad. La forma habitual es la división en tres partes: introducción, desarrollo y conclusión.
A su vez el libro debe seguir determinadas prerrogativas estilísticas para obtener reconocimiento del ámbito académico. Como una escritura en tercera persona, en un tiempo pasado que marque cierta distancia y respetar las marcas paratextuales que legitiman los libros de historia. Un ej, son las citas
Introducción
Se debe presentar el tema claramente. Señalar su importancia y justificarla. Al ser un libro de historia al que se le quiere dar génesis es necesario hacer un recorte conciso de lo cronológico, lo geográfico y de las fuente utilizadas. El tema presentado no debe ser una mera descripción o resumen de un acontecimiento acaecido si no que de es obligatorio que parta de un interrogante o de una hipótesis pergeñada. Hay que remarcar que los pasos a seguir para articular lo introducido y lo que vendrá. En el caso de que el objetivo del libro a escribir sea debatir con paradigmas existentes es menester articular lo contrastante para que no se aísle. El objeto de estudio debe partir de una reflexión propia. En caso contrario se debe tener en consideración las referencias bibliográficas citadas para no cometer el delito de plagio.
Desarrollo
Puede estar conformada por la cantidad de apartados o capítulos necesarios para lo que se busca presentar. La escritura debe convencer mediante una permanecen mención a lo que se analiza.
La argumentación debe seguir una concatenación lógica donde cada frase se descifra de la anterior. En un libro de historia al trabajar con lo pretérito se sostiene en fuentes y citas. Dentro de estas últimas se encuentran las bibliográficas, la textual erudita y la nota al pie.
El texto debe evitar caer en aserciones temerarias carentes de fundamento argumentativo. Y constituirse en una investigación propia que parte de un problema pensado. Es recomendable que las construcciones textuales presenten mini conclusiones que mantengan al lector bajo el hilo conductor que se quiere exponer.
Conclusión
Debe estar en función del objeto planteado en la introducción. Exhibiendo una conexión con lo previo. Es ideal no caer en el simplismo de una finalización de trabajo atiborrada de citas puesto que a esta altura ya se ha argumentado todo. En la conclusión debe aparecer la palabra concluyente del autor pero también una puerta abierta para futuros trabajos sobre el tema.