¿Qué es la intermediación financiera y cómo se gestiona?
Existe cierta confusión sobre en que consiste la intermediación financiera, sobre todo por la proliferación de empresas de todo tipo que realizan préstamos y otras actividades propias de los bancos. A continuación te aclaramos algunos conceptos para que tengan en cuenta que compañías realizan tales actividades y qué puedes esperar de ellas.
Algunas precisiones
La intermediación financiera es una actividad que consiste en captar dinero u otros recursos del público en general y colocarlo (prestarlo) a terceros. Es la actividad típica de los bancos, cajas de ahorro y cooperativas de ahorro. Implica dos operaciones: las pasivas, que son las de captación de los recursos, y las operaciones activas, que son las de entrega de dichos recursos a los terceros (básicamente en forma de préstamos). Ahora bien, los bancos también realizan otras operaciones, básicamente prestación de servicios, como custodia de valores, asesoría en inversiones, intermediación en las operaciones de comercio exterior, ciertos tipos de seguros, etc., que, aunque son funciones tradicionales bancarias, no constituyen intermediación financiera. A su vez, no todas las empresas que realizan préstamos ejercen actividades de intermediación financiera. En efecto, si no captan recursos del público, sino que prestan dinero de su propio patrimonio, entonces no son intermediarios financieros, y se les conoce como sector no bancario.
Gestión de la intermediación financiera
Como a fin de cuentas la intermediación financiera supone manejar recursos que no son propios, todos los Estados regulan esta actividad, en mayor o menor medida, para garantizar, en lo posible, que el dinero del público no sea despilfarrado, y que los sistemas bancarios no colapsen, lo que sería un desastre para cualquier nación. Este control lo ejerce en nuestro país el Banco de España, que también maneja la política monetaria (otros países optan por separar estas funciones y atribuyen la supervisión de los bancos y cajas de ahorro a una Superintendencia, por ejemplo y la política monetaria a su banco central). A su vez, el control se ejerce desde varias esferas de actuación: En primer lugar, fijando las condiciones de capital y experticia mínimas necesarias para desarrollar la actividad de intermediación financiera. Todo banco necesita una autorización previa del Estado para operar, una vez que este haya constatado que la institución financiera cumple las condiciones. En segundo lugar, supervisando que dichas instituciones cumplan en el ejercicio de sus actividades con ciertos parámetros en cuanto a las reservas, requisitos para otorgar los préstamos, inversiones permitidas, etc. Asimismo, el ente supervisor emite recomendaciones y sugerencias a la banca para que adopte los correctivos necesarios para mantener el buen funcionamiento del sistema. Por último, impone sanciones a la banca y sus administradores si incumplen las normas y las recomendaciones formuladas.