¿De qué se compone el Soporte Vital Avanzado?
El soporte vital avanzado o SVA por sus siglas en español es el conjunto de conocimientos y maniobras necesarias para evaluar y tratar los primeros 10 minutos de un paro por fibrilación o taquicardia ventricular.
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La importancia de los primeros minutos
La reanimación avanzada, que de eso se trata, se trata de un curso rcp (resucitación cardio pulmonar) devenida de 10 casos casos básicos de SVA(soporte vital avanzado) : una emergencia respiratoria, 4 tipos de paro cardíaco (FV/TV simple) Fibrilación ventricular/Taquicardia ventricular simple; (FV/TV compleja), AESP (arritmia extra sistólica supra ventricular) y asistolia (paro); 4 tipos de emergencias previas al paro (bradicardia, taquicardia estable, taquicardia inestable y síndromes coronarios agudos, por último el accidente cerebro vascular (ACV). O sea que el Soporte vital avanzado amplía el concepto de soporte vital (SV) donde se trataba de prevenir el paro (PCR) o en su defecto realizar las maniobras de soporte para situaciones de emergencia incluído el paro cardíaco o respiratorio. El SVA incluye las acciones necesarias para la prevención y el tratamiento de situaciones de riesgo vital y también los cuidados intensivos para pacientes con cardiopatía crítica.
¿Cómo es el manejo en el Soporte vital avanzado?
El manejo de un paro cardiorespiratorio en el lugar que se origine, representa el primer paso de un camino de supervivencia que se constituye por los siguientes eventos: 1. Activación de un sistema de emergencia. 2. Iniciación a la brevedad posible de soporte vital básico. 3. Realización de desfibrilación precoz. 4. Iniciación de soporte vital avanzado. En consecuencia, para simplificar estas medidas y practicarlas en forma coordinada, se establecen protocolos según criterios comunes y recomendaciones de actuación. Por ejemplo: Tras la constatación del paro clínico, si procede, golpe precordial: Es un golpe seco con la cara interna del puño a una distancia de unos 20 o 30 cm. en el mismo lugar donde se realiza el masaje cardíaco. Esto puede resolver hasta el 40% de las taquicardias y un 2% de las fibrilaciones ventriculares. Si no hay desfibrilador, se iniciará el soporte vital básico hasta que se consiga. Si posteriormente a la monitorización se comprueba que hay fiblilación ventricular (FV) o Taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) se procederá con la desfibrilación secuenciada, controlando ritmo y pulso. Cuando hay presencia de ritmos distintos a FV (fibrilación ventricular) o TVSP (Taquicardia ventricular sin pulso), se impone la intubación oro traqueal y canalización de vía venosa, la administración de adrenalina, atropina intravenosa una sola vez para corregir una posible estimulación vagal como etiología del paro y por fin la colocación de electrodos para la monitorización continua. El funcionamiento del desfibrilador en forma secuenciada sin levantar sus palas del pecho del paciente y esperando unos segundos entre cada descarga para ver los resultados, lograrán culminar con éxito esa parte esencial del Soporte vital avanzado. Las buenas prácticas y la protocolarización del SVA lo sindican como una de las herramientas de supervivencia de mayor éxito en los útlimos tiempos.