Guía de restaurantes: recomendaciones para trazar rutas interesantes
El diseño de una ruta de restaurantes con valor añadido comienza con la elección de un tema conductor. Sigue con la delicada elección de los establecimentos y termina con una pertinente relación de informaciones útiles y una cuidada contextualización para garantizar los recursos de un buen itinerario autoguiado.
/wedata%2F0014319%2F2011-06%2FBarcelona--Restaurante-Gran-Galicia--Caldo-gallego.jpg)
En la línea de los mejores pucheros
Una buena guía de restaurantes resulta mucho más atractiva si se inserta en un contexto, dentro de una ruta que permita, a sus potenciales usuarios guiados, seguir un itinerario coherente con el valor añadido de un tema. Un hilo conductor que de sentido al recorrido gastronómico. En la misma línea, las guías de restaurantes que reflejan información útil fácil de convertir en itinerarios autoguiados tienen una mayor aceptación del público. Libertad gastronómica En la medida, en que aportan al viajero una libertad de elección que completa toda buena experiencia de comer de la mejor cocina de autor o de la más tradicional de fogones y ollas. La primera premisa de un diseño de rutas es determinar el tema. Un argumento que puede ser histórico, sobre la oferta gastronómica de una ciudad o de una región, de un estilo de comida, o más original aún, con el tipo de restaurante en el que se sirven los platos sugeridos.
Rutas paso a paso
El siguiente paso es documentarse sobre qué establecimientos reúnen las condiciones ideales para significarse en los comentarios de la guía. Se trata de un trabajo delicado, porque el usuario que siga la guía determinará el valor de la información por la exactitud de los contenidos. Aún más, los potenciales comensales agradecerán cualquier detalle que permita contextualizar la experiencia de comer en esos restaurantes. Detalles, sobre la decoración, la biografía de los chefs o de los propietarios u otros sobre vinos y carnes servidos en la carta.
Rigor informativo
Una información extra, reproducida con el mayor rigor posible, que tiene que completarse con otra de base que ha de permitir a cualquier comensal, y con la guía en la mano, saber cuando está disponible cada uno de los restaurantes de la ruta.
Es importante conocer los horarios de los establecimientos, las formas de contacto, los tipos de pago, cómo se gestionan las reservas de las mesas o las direcciones de sus webs para descubrir algo más de cada uno de los restaurantes del itinerario propuesto antes de tomar la decisión final de acercarse hasta ellos.
Una información que ha de ser sucinta, pero también clara, para que las personas que sigan la guía no pierdan su tiempo, o, en su caso, lo rentabilicen al máximo para sacar el mayor partido a una ruta gastronómica, el verdadero sentido de toda guía de restaurantes.