La calidad en el servicio para fidelizar al cliente
En sectores con productos muy desarrollados y extendidos entre la competencia y en los que el marketing está falto de ideas, la empresa debe buscar elementos que supongan una ventaja competetitiva en el mercado. Una de las claves del éxito es la calidad en el servicio como herramienta de diferenciación.
¿Qué es la calidad de servicio?
Lo primero que debemos hacer es buscar la definición de calidad en el servicio. La calidad en el servicio significa buscar todos los elementos que no aportan valor al proceso y eliminarlos para que el cliente se sienta cómodo comprando nuestro producto. Tener calidad en el servicio significa cubrir la necesidad del cliente en los plazos de entrega, en el servicio postventa, en la burocracia de un pedido. El cliente quiere que todo le sea lo más fácil posible y nosotros, como empresa, debemos ser capaces de conseguirlo. Seamos empáticos con el cliente y entendamos lo que necesita.
Herramientas para conseguirla y etapas
La calidad no se consigue teniendo un producto excelente, al menos, no sólo con eso. En el mercado existen numerosas herramientas que nos posibilitan el aseguramiento de la calidad. Sistemas de calidad como la ISO 9001, la calidad efqm o la q de calidad nos pueden ayudar a conseguirlo. Multitud de empresas de empresas se dedican exclusivamente a formar al personal de sus clientes para conseguir los sellos que estos sistemas otorgan. Además de conseguir procedimentar nuestro trabajo y obtener un sello que nos ayude en términos publicitarios para vender nuestros servicios y productos podremos conseguir minimizar costes en nuestra cadena de valor. Por otro lado, otras empresas ofrecen productos de software para la consecución de la calidad. Pero ¿Por qué no intentarlo por nuestra cuenta? Marquemos unas etapas: - Analicemos nuestro proceso y detectemos esas "Cosillas" que podríamos mejorar. - Propongamos entonces soluciones. - Hagamos una evaluación de la calidad para comprobar que los cambios implementados funcionan. - Marquemos indicadores y objetivos para estos. Los objetivos pueden ser cualitativos o cuantitativos. - Sigamos comprobando. No hay que olvidar que la calidad siempre es un proceso de mejora continua que nos permita no estancarnos en la operativa diaria y olvidar que trabajamos para cubrir necesidades y satisfacer clientes. - Volvamos a empezar. La calidad es un factor importante, tanto como el producto o el precio. No lo dejen de lado porque puede que sea ese detalle que les falta para conseguir el éxito.