Algunos consejos para la gestión de una pyme
Gestionar una pequeña o mediana empresa requiere de tiempo y dinero. Para la administración de estos recursos de la manera más efectiva en este artículo se dan una serie de consejos básicos.
Introducción
A la hora de embarcarse en cualquier tipo de aventura empresarial, y más aún en una coyuntura de recesión económica, habrá que tener en cuenta una serie normas no escritas para que la gestión del proyecto empresarial llegue a buen puerto. Una vez estudiada la viabilidad económica del proyecto y organizados y estructurados cada uno de los pasos a seguir para su implantación, así como el resto de trámites burocráticos para la constitución de la sociedad, se recomiendan tener en cuenta los siguientes aspectos.
Contar con los servicios de un asesor
Subcontratar las tareas contables, jurídicas y laborales puede ser, pese a su coste, una ventaja para la gestión de PYMES. De este modo, empresarios o autónomos contarán con más tiempo para gestionar la parte puramente productiva de la actividad económica. Asimismo, se contará con el asesoramiento especializado que resolverá cualquier duda o consulta de manera rápida y segura. Ello evitará posibles problemas legales, además del mencionado aumento del tiempo efectivo.
Marcarse objetivos a corto plazo y una misión a largo plazo
Uno de los aspectos más importantes para la gestión de empresas es la fijación de objetivos claros y detallados a corto plazo. Estos deben ser cumplibles y marcarse en un tiempo determinado. Esto permitirá a los gestores centrarse en una actividad específica en la que concretarán todos los esfuerzos. Igualmente, y en consonancia con los objetivos a corto plazo, deberá diseñarse el fin a largo plazo o misión de la empresa, es decir, hacia donde quiere dirigirse aquella y cual es el motivo por el que inició su actividad.
Diversificar funciones de gestión
Por último, y con el objetivo de incrementar la eficacia de las distintas funciones de la actividad, es recomendable dividir y otorgar funciones y responsabilidades entre los distintos socios o empleados de la entidad. Con la meta de repartir esfuerzos y no cargar a una sola persona el peso de toda la empresa. Con ello, incrementará el rendimiento de cada uno de los procesos de la empresa y la responsabilidad quedará repartida en varias personas. Será necesario, pues, la celebración de reuniones periódicas para coordinar objetivos y tareas.