Clasificación de extintores: dos consejos para implementarlo en la empresa
Todos saben identificar un extintor a simple vista. Unos y otros nos parecen iguales, pero en realidad no lo son. Entre unos y otros puede haber diferencias sustanciales de forma, composición y otras propiedades físicas y químicas que los hacen especialmente idóneos para un determinado tipo de fuego, y totalmente contraproducentes para sofocar otros. El objeto de este artículo es el de aprender a identificarlos y a seleccionarlos de forma correctamente de acuerdo con el tipo de fuego que se desea extinguir.
Clases de extintores
Los extintores pueden ser portátiles (los más comunes) o ir montados sobre ruedas en el caso de los aparatos más grandes y pesados, pero ambos se clasifican de acuerdo con el tipo de fuego para el que están preparados. No todos los extintores pueden sofocar todas las clases de fuegos que existen. Extintores de clase A: Son extintores de agua, y son apropiados para fuegos de materiales combustibles sólidos como la madera, papel, ciertos tipos de caucho y textiles. Prácticamente han dejado de fabricarse. Extintores de clase B: Es el extintor multiusos por excelencia. Se utiliza para los fuegos de clase A, AB y ABC. Los fuegos de clase B son los producidos por líquidos inflamables y por los combustibles derivados del petróleo. Estos fuegos se avivan aun más cuando se les arroja agua, por lo que no se pueden usar extintores de clase A. Extintores de clase C: Los de clase C son los fuegos que se originan en sistemas eléctricos en tensión. Se apagan con un extintor de esta clase, y no se puede utilizar ningún otro por riesgos de contacto eléctrico del operario a través del agente extintor. Extintores de clase D: Son fuegos muy peligrosos producidos por metales combustibles o reactivos como el cobre, aluminio, magnesio, potasio, sodio, etc.). Estos fuegos se autoalimentan de oxígeno y su extinción es muy difícil y peligrosa. Los agentes extintores pueden ser el polvo G-1, a base de grafito tamizado; polvo metal, con base de clorato de sodio u otros polvos más simples a base talco o arena seca. Estas letras identificativas figuran claramente visibles en el cuerpo del extintor.
Consejos de implementación en la empresa
Primero: Respetar la normativa estatal y autonómica sobre protección contra incendios. La principal obligación al respecto es la de pasar las inspecciones periódicas de estos aparatos por una empresa acreditada para recargar extintores.
En caso contrario, podría suceder que las compañías de seguros no se hiciesen cargo del siniestro de incendio.
Cada uno de ellos ha de estar señalizado con indicadores reflectantes homologados que posibiliten su visualización incluso a través de una cortina de humo muy espesa.
Segundo: Adquirir el número suficiente de extintores atendiendo al volumen del recinto que se protege, el tipo de material combustible que hay almacenado y al número de puntos estratégicos donde es conveniente su instalación. En cualquier caso nunca debe faltar un extintor AB y otro de clase C en perfecto orden de servicio. También se pueden instalar dos del tipo ABC.