Plan de prevención de riesgos laborales: tres recomendaciones para su implementación
Por plan de prevención de riesgos laborales debe entenderse aquel documento que recoge cuál será el sistema de gestión de la prevención de la empresa, las actividades preventivas a desarrollar, y el modo en que éstas se integran eficazmente en la organización y se involucra a todos sus componentes.
Requisitos que debe cumplir un buen plan de prevención de riesgos laborales
¿De qué manera podemos asegurarnos que este plan se implanta eficazmente? Con el fin de que sea eficaz, es necesario que el plan sea el más adecuado a cada empresa en concreto. Se trata de un documento que debe estar personalizado y reflejar la realidad concreta de la organización. Dicho de otro modo, debe ser un “traje a medida”. Sólo así será posible que su implantación sea eficaz y creíble. Para ello, debe recoger datos como la organización general de la empresa, su estructura jerárquica y funcional, los procesos productivos o la política preventiva, por ejemplo.
Tres recomendaciones básicas para su implantación
- En primer lugar, es necesario difundir a toda la organización el plan completo, con todo su alcance y extensión y de forma comprensible para todo el personal. En especial, cada persona debe ser consciente de aquellos aspectos que le afectan, sabiendo ¿Cuáles son sus obligaciones y responsabilidades en la materia?. - A continuación y si es necesario, debe facilitarse la formación específica que permita a cada implicado el desempeño de sus funciones. Así por ejemplo, si se ha determinado que habrá una persona por centro de trabajo con funciones técnicas en PRL (prevención de riesgos laborales), se le debe proporcionar formación al respecto de ¿Cómo hacer estas tareas?. - Por último, la eficacia debe comprobarse periódicamente. Para ello, es imprescindible un seguimiento de todos los aspectos del plan, que certifique su correcto funcionamiento. En el caso de que se detecten carencias en algún aspecto, se deben adoptar las medidas correctoras necesarias. La implantación real se habrá logrado cuando la totalidad de la empresa entienda que la prevención debe formar parte esencial de su trabajo como también lo son los aspectos económicos y productivos. Esto se traducirá en cuestiones como contemplar los aspectos preventivos en actividades como las modificaciones de las condiciones de trabajo, la contratación de nuevos trabajadores, la adquisición de nuevos equipos de trabajo, el uso y mantenimiento de maquinarias e instalaciones, el manejo de productos químicos, la contratación de obras u otros servicios, etc.