Techos de aluminio: tres buenas recomendaciones prácticas
Las variadas aplicaciones que con sus propiedades ornamentales ofrece el aluminio, han hecho de la instalación de techos un nuevo elemento en la decoración de interiores. De óptimas cualidades en cuanto a aislamiento térmico y acústico, además de en viviendas, también es utilizado en hoteles, hospitales, locales comerciales, naves industriales y cualquier clase de estructura.
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Mantenimiento y limpieza
Siendo la instalación de techos de aluminio habitualmente en lacado en lamas, de gran facilidad y rapidez en lo relativo al montaje, con respecto a mantenimiento y limpieza proporciona más ventajas que incovenientes. Lo más recomendable es el uso de una bayeta impregnada en cualquier producto de limpieza no corrosivo. O simplemente utilizando una gamuza humedecida en agua, y sin necesidad de frotar excesivamente, se obtiene la limpieza adecuada. Existen productos en el mercado especializados en el tratamiento de superficies de aluminio, pero más bien dirigidos a su uso y consumo en cocinas industriales, talleres, o lugares donde por las prácticas ejercidas se producen acumulaciones de grasa, polvo y restos de otro tipo.
Protección
En viviendas de un solo piso o en últimas plantas de cualquier edificio, los rayos del sol inciden sobremanea en la superficie de los tejados traspasando el calor al interior. Para un buen mantenimiento térmico es recomendable pintar el techo de color blanco. Pues con esta medida es posible reducir en más de un 50% la cantidad de calor que se introduce en la vivienda por esa vía. Otra alternativa es la instalacíon de techos en policarbonato, poliestireno o poliuretano (fibra de vidrio), incorporándolo como material aislante sobre la parte exterior del techo. También es conveniente rematar los perfiles de la pared con silicona, consiguiendo con ello un perfecto acabado.
Color amarillento
Uno de los más corrientes deterioros en los techos de aluminio es la aparición de manchas de color amarillento. Bien por efecto de la humedad o a causa de la condensación de humos. En cualquiera de los casos el remedio más indicado es el empleo de cierta cantidad de agua tibia, a ser posible mezclada con un tercio de salfumán. Como otra de las soluciones, y si fuera por motivos de humedad, se puede optar por retirar las planchas de aluminio y aplicar una capa de corcho proyectado, de al menos 3 milímetros de espesor, en la superficie del techo. Colocando nuevamente las planchas. Fórmula que a su vez incrementa el efecto de aislante térmico y acústico.