Tres claves para el diseño de oficinas eficientes
La oficina es uno de los lugares donde los trabajadores pasan la mayor parte de su tiempo productivo. Mejorar el ambiente de trabajo de una oficina es hacer mucho por el bienestar de la fuerza laboral, pero también lo es para incrementar la eficiencia en las tareas. Una de las fórmulas más sencillas para conseguirlo es el diseño integral de oficinas. En el fondo, se trata de incorporar detalles que ayuden a humanizar las zonas de trabajo.
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La oficina eficiente y el color de la comodidad más natural
Algo que funciona muy bien para diseñar eficientemente una oficina es incorporar la naturaleza a los rincones de los módulos de trabajo, bien con macetones y arbustos naturales, bien con macetas que traigan flores y plantas a cada mesa. Además, las plantas necesitan luz y ventilación para vivir, mantenerlas en condiciones en el espacio cerrado de despachos y significa también incorporar y mantener niveles óptimos de luz natural y aire para el trabajo humano. Sin embargo, es el diseño general de espacios y mobiliario lo que puede suscitar una mayor motivación entre los trabajadores, en la medida en que se puede mejorar la ergonomía, las posturas de trabajo y el horizonte de tonos y colores que pueden incorporarse como valores para mejorar el rendimiento individual.
Comodidad, color e identidad
Unas mesas para oficina que se adapte a la altura y complexión de cada trabajador es una garantía para la comodidad y la relajación en el trabajo físico y rutinario detrás de una mesa o para el de la atención al público. Aún más, mantener los elementos auxiliares de trabajo como teléfonos, ordenadores, archivadores o lugares de paso estructurados, dispuestos u organizados para cooperar en la sencillez de las tareas mecánicas, es un punto a favor de una ergonomía que trabaja para mejorar el rendimiento. El lenguaje de los colores es también determinante en la decoración y el mobiliario. Los colores claros, los tonos pasteles, son sinónimos de sencillez y limpieza. Los tonos vivos de las mamparas, por ejemplo, transmiten vitalidad al entorno, a diferencia de los oscuros que denotan seriedad y autoridad. Los estímulos cromáticos de la decoración se proyectan sobre la motivación personal del trabajador que ha de convivir con ellos diariamente. La última de las sencillas lecciones de una decoración humanizada para la oficina está relacionada con la información subliminal que aporta el color y es la comunicación corporativa que recibe el trabajador, algo tan simple como mantener colgada una fotografía de la fábrica o de los mismos compañeros de trabajo. Una forma de atribuir identidad de grupo, sentido de misión o responsabilidad a quienes no sólo trabajan por un sueldo, sino por mantener una filosofía de empresa.