¿Cómo es el proceso de depuración de aguas residuales?
Cada día se generan cientos de metros cúbicos de aguas negras y grises por el uso doméstico e industrial. Para reinsertarlas en el medio se precisan plantas de tratamiento. Grosso modo, el proceso consta de tres fases; mecánica, biológica y química.
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Fase mecánica
Se consideran aguas negras las propiamente cloacales, mientras que las grises son aquellas generadas por procesos de limpieza, duchas y lavabos. Ambos tipos de agua son residuales.
Pueden ser tratadas in situ, mediante fosas sépticas o la instalación de sistemas de tuberías en las viviendas-, o bien pueden ser transportadas por un entramado de grandes tuberías hasta las plantas depuradoras. Este segundo sistema está fuertemente reglamentado y es empleado por el grueso de los municipios.
La fase mecánica elimina los elementos sólidos grandes del agua mediante un sistema de rejas tamizadoras. Mediante un proceso de coagulación, se generan flocos, es decir, partículas fácilmente eliminables.
Por último, se somete el agua a un centrifugado, resultado del cual, queda un sedimento y sobre él, el fluido.
Fase biológica
En este estadio se aplican métodos para reducir la carga de materia orgánica del agua, residuos alimentarios, humanos, de detergentes, etc. La contaminación por estas sustancias se mide mediante un parámetro, DBO, Demanda Biológica de Oxígeno. Las aguas negras poseen una cantidad que oscila entre los 200 y los 300 miligramos de materia orgánica por litro. Tras aplicar métodos aeróbios y anaeróbios, el porcentaje queda por debajo de los 8 miligramos/litro.
Fase química
Trata de aumentar la calidad del agua antes de reinsertarla en el medio, sea la mar, un lago, río o el campo.
Consta de dos pasos: microfiltración y desinfección, mediante cloro, ozono o hipoclorito.
El objetivo principal de la desinfección es eliminar la mayor parte de los oganismos vivos del agua.
Además de depurar agua, en una planta se tratan los bio-sólidos. Esta materia pasa igualmente por tres fases; digestión anaeróbica, aeróbica y añadidura de fuentes de carbón (aserrín pajas o virutas de madera).
Como resultado final de los procesos que se llevan a cabo en una planta de tratamiento de aguas residuales, se obtiene aguas potables y abono. Ambas sustancias se reinsertarán al medio, cumpliendo la máxima ambiental que afirma: Ningún medio genera residuos.
Importante: Es tarea de cada cual reducir el consumo de agua. Según la OMS, el consumo recomendado de agua por habitante y día es de 80 litros. En las sociedades avanzadas se llegan a sobrepasar los 300 litros/hab.