Tratamiento de aguas residuales: ¿Cómo lo hacen?
Las sociedades tienen un elevado gasto de agua. En ocasiones alcanza los 300 litros por habitante y día. Es labor de cada uno reducir el consumo de agua y reutilizar la que sea posible, y de las administraciones, su reciclaje mediante plantas de tratamiento.
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Tratamiento físico
Se consideran aguas residuales, negras o cloacales, aquellas aguas provenientes del uso doméstico e industrial. Ademas de las aguas negras, se consideran residuales las aguas grises, es decir, aquellas que se generan en duchas, fregaderos y otros lavados. El objetivo del tratamiento de las aguas es reinsertarlas nuevamente en el medio y hacerlas aptas para el consumo humano. El primer método utilizado es el tratamiento físico de las aguas. Mediante separadores -mallas y rejillas- de un tamiz entre 10mm y 30mm, se eliminan los residuos sólidos del agua. Luego se desarrollan procesos consecutivos como la coagulación y la centrifugación. Todos ellos, métodos mecáninos de limpieza. Esta primera fase genera un sedimento y agua límpia -no potable- sobre él.
Tratamiento biológico
El nivel de carga orgánica del agua se mide mediante la demanda biológica de oxigeno, DBO.
Las cantidades óptimas para el condumo humano son inferiores a 8 miligramos pos litro.
Las aguas negras poseen una cantidad de carga orgánica de entre 200 y 300 miligramos por litro.
Mediante un tratamiento orgánico y otro inogánico, se reduce la contaminación hasta alcanzar niveles apropiados para el consumo.
Tratamiento químico
Es el último paso de la depuradora de agua y se compone de dos fases:
A) Filtros de agua, el microfiltrado separa las partículas indeseables.
B) Desinfección con cloro, ozono, hipoclorito..
- Aunque el grueso de las aguas residuales se trata en depuradoras, existen sistemas individuales de tratamiento como las fosas sépticas o los actuales sistemas de separación de las aguas en las viviendas.
Estos sistemas instalados en el hogar, representan una óptima opción de reutilización del agua. La limpian, pudiéndose utilizar para regar el jardín o lavar el coche, pero nunca para cocinar, ducharse o beber.
Es labor de cada uno reducir el consumo de agua a la cantidad recomendada por la OMS -80 litros por habitante y día-, y reutilizar la que se pueda -aguas grises o agua de lluvia- atendiendo a la máxima medioambiental de: Pensar globalmente y actuar localmente.