Soluciones financieras para la crisis de una empresa
Explicación sobre las distintas soluciones que puede tomar una empresa que se encuentre en un periodo de crisis.
/wedata%2F0028416%2F2011-07%2FRiesgo_4.jpg)
Crisis en la empresa
Se puede afirmar que una empresa llega a la denominación de crisis cuando no puede hacer frente a sus compromisos de pago frente a terceros, entre los que destacan las entidades financieras o bancarias. Lo óptimo es que antes de llegar a esta situación los directivos de la empresa la puedan preveer para adoptar las medidas oportunas que puedan dar con la solución, y que no se tenga que llegar al límite de cerrar la empresa o que se proceda a un embargo por parte de un juzgado.
Soluciones financieras
Existen diversas soluciones que puede adoptar una empresa para no llegar a tener que cerrar la misma, por lo que los directivos deben analizar cada una para ver cuál es la que mejor se aproxima a su caso y proceder a llevarla a cabo. Se va a proceder a realizar unas explicaciones sobre las distintas soluciones financieras que puede adoptar una empresa en crisis. En primer lugar, se puede negociar con una entidad financiera o bancaria la concesión de un préstamo o un crédito, que permita tener liquidez a la empresa para hacer frente a sus compromisos de pago. En el caso de que la empresa ya haya adquirido un préstamo, se puede realizar una refinanciación de la deuda, para mejorar las condiciones en cuánto a vida del préstamo o el interés que ha de ser pagado. En segundo lugar, la empresa puede vender deuda a un tipo de interés acorde al riesgo que asumen los obligacionistas. En este caso, la empresa decide conseguir cierta cantidad de capital, que se adquirirá mediante la venta de deuda. Los compradores cederán el capital pactado, para que sea devuelto en un momento posterior, y añadiendo los intereses que se pacten en el contrato. Por último, puede decidir salir a bolsa, de modo que todos los accionistas que decidan comprar acciones pagan el precio de las mismas, por lo que la empresa aumenta su capital social en la cantidad comprada por los accionistas. La contrapartida de esta solución es que, la empresa pasa a ser controlada por los accionistas, ya que desde el momento en que compran acciones, también son propietarios de la empresa.