Créditos rápidos: ¿En qué consisten?
Los créditos rápidos o fáciles son productos financieros que destacan por la facilidad de su tramitación y otorgamiento. En contra, suelen ir acompañados de un alto porcentaje de la tasa anual equivalente.
¿Qué son los créditos rápidos?
Los créditos o préstamos rápidos son un tipo de crédito personal que destaca por la velocidad de su concesión. Este tipo de productos financieros suelen utilizarse por los consumidores para financiar proyectos a corto plazo como bodas o viajes o para atender una alarmante situación económica. Como se indicaba en el párrafo anterior, su ventaja radica en la facilidad de tramitación, sin necesidad de realizar un engorroso papeleo suelen otorgase en un plazo máximo de 48 horas. Su importe no suele ser demasiado elevado, llegando alcanzar cotas máximas, generalmente, de 6.000 euros. En cuanto a su plazo de devolución, suele acordarse hasta en 60 meses. Así, su gran atractivo se encuentra en la facilidad de conseguirlo y en unas cuotas bajas. ¿Dónde está el truco? La desventaja de estos créditos fáciles se encuentra en los altos intereses. Llegando a alcanzar porcentajes del 25% TAE (tasa anual equivalente). Este elevado nivel de TAE se debe, en la mayoría de los casos, en unas comisiones de cancelación o amortización anticipada muy elevadas. Las recomendaciones para evitar futuros problemas, es revisar la letra pequeña al detalle, a fin de conocer la totalidad del TAE del crédito. Ya que muchas entidades financieras lo ocultan a través de un tipo de interés mensual no demasiado alto.
¿Dónde conseguirlos?
Los créditos rápidos se ofertan en la mayoría de entidades financieras. Muchas de ellas, ponen a disposición el préstamo fácil en un tiempo máximo de 24 horas, situando el nivel de intereses entre el 20 y 25 por ciento, en la mayor parte de los casos. Cetelem, Préstamo Mediatis o Direct Cash de Cofidis son algunas de las entidades que ponen a disposición del cliente este tipo de operaciones financieras.